Necesidad del hombre por alimentarse
Para entender la cocina debemos
comprender la razón de cocinar, que es alimentarse, y eso nos remonta a los
inicios del hombre.
Nuestros antepasados en la era del
hombre primitivo basaban su supervivencia ingiriendo lo que la tierra les daba.
Desde plantas, frutos y semillas eran parte de su diaria dieta, realizaban esto
ya que imitaban las costumbres de otros animales. Además de que no dudaban en ingerir
a cuanto insecto se les cruzara. Todo era consumido al natural, sin
aditamentos, directo a la boca.
A la distancia veían como otros
animales más grandes devoraban a otros, fue cuando el hombre se volvió cazador
y dio inicio a la persecución en la obtención de carne para una mejor fuente
proteica. Desgarraban los músculos pegados al hueso y rompían estos para
ingerir medulas y otras sustancias nutritivas. Fueron estos los inicios del
hombre omnívoro.
Las primeras sazones en los
alimentos fueron otorgadas por el agua de mar, ya que el hombre primitivo
lavaba sus recolecciones como frutas y carne para retirar exceso de tierra, fue
cuando descubrieron el agradable sabor salino y el inicio de mezclar otros
alimentos con hierbas para dar un sabor más agradable a la comida.
Con el descubrimiento del fuego, el
hombre descubrió la cocción, por lo que carnes, pescados y frutos eran
sometidos a las llamas para darles aquel gusto cocido y ahumado muy apetecido.
Descubrieron un nuevo método de
conservación de la comida, el hielo y la sal. Se dieron cuenta que en ciertas
épocas del año, como en invierno, algunas especias escasean por lo tanto las
almacenaban.
Roma, nacimiento de una cocina refinada
Con el paso del tiempo, el hombre
fue descubriendo nuevos alimentos, formas de conservación y maneras de
consumirlo. La alimentación pasó de ser una necesidad diaria a una emoción de
paladares, puesto que los romanos realizaban festines y banquetes en honor a la
comida. Buscaban nuevos animales, mezclas poco usuales y bebidas para despertar
sus intereses de primeros gourmets.
Cuentan los libros que en el año 90
a.c hubo una persona bajo el nombre de Apicius que fue considerado como el
primer gourmet, ya que escribía libros detallando la buena vida y la buena
comida. Exigía a los cocineros de la época preparaciones sofisticadas y mesas
decoradas con animales, frutas y plantas.
Siempre fomentaba la búsqueda de
nuevas sazones para sus alimentos, fue cuando crearon el Garum, un condimento
salado a base de tripas de pescado fermentado que también era usado como salsa.
A Apicius se le atribuye la creación del primer libro de cocina llamado “de re
coquinaria” donde detallaba los distintos estilos de cocinar y varias recetas
divididas según su tipo; aves, carnes y verduras.
Influencia de la comida en la realeza
Con el tiempo se empezó a dividir
lo lujoso de lo sencillo. Esto fue gracias a los reyes quienes exigían grandes
puestas en escena llenas de manjares delicados. Culpa de esto también se le atribuye
a uno de los primeros grandes cocineros franceses, Guillaume Tirel conocido
como Taillevent. Fue quien ideó grandes recetas y los inicios de las salsas
como las conocemos hoy. Gustaba se servir animales asados enteros cubiertos de
salsas gruesas hechas con carnes y jugos, espesadas con pan. Gracias a sus platos recorría los castillos de Francia
satisfaciendo los gustos de los reyes dejando claro su elaboración en banquetes
reales. Además escribió su libro de cocina llamado “Le viandier” el cual
influenció a los posteriores libros de
cocina francesa en los distintos tipos de cocción.
El primer restaurante
La historia del primer lugar en
servir comida a clientes data del siglo XVI, en cuya época abundaban las
hosterías de alojamiento pero sin servicios alimenticios, fue cuando la demanda
de platos cocinados les dio la idea de servir comidas sencillas como sopas y
guisos en sus hostales logrando una muy buena aceptación y el nacimiento de un
negocio. Recibió el nombre de “restaurant” derivado del francés “restaurer”, o
sea restaurar en modo de descanso y alimento.
Pero los “restaurants” no serían lo
que son hoy gracias a la revolución francesa del siglo XVIII, ya que el pueblo
luchaba en contra del abuso social por parte de reyes, ya que les quitaban sus
alimentos y cosechas para quedarse con los restos, y ellos querían comer lo que
ellos comían. Después de años de batallas los cocineros reales abandonaron los
palacios y llegaron a los “restaurants” para comenzar con sus doctrinas de
platillos y estilos de trabajo. Las personas acudían a estos lugares a
deleitarse con la gama de manjares y exquisiteces servidas en los diversos
locales, fue así como fueron popularizándose y
expandiéndose por el mundo con diversos estilos culinarios.
La evolución también ha podido ser por dos motivos
Por necesidad: Cuando la mujer o el hombre sale a trabajar su tiempo
en casa disminuye. La alimentación se ve más influenciada por necesidad que por
gusto, por lo tanto se adquieren productos que requieran menos tiempo de
preparación. Incluso a veces se pueden llegar a mezclar diferentes productos y
crear sin querer algún nuevo plato o sabor.
Por ocio: Como todos sabemos existen los cocineros que se
dedican a innovar en su cocina y crear nuevas recetas. Ellos viven de eso y han
estudiado para ello, esto hace que los platos sean mejores que los de un
ciudadano que se dedica a otra profesión.
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