Biografía
Nació en L'Hospitalet de Llobregat,
1962. Es un famoso gastrónomo español reconocido como el mejor cocinero del
mundo. Uno de sus grandes apoyos en su brillante trayectoria fue su familia,
ellos fueron los que le metieron en el mundo de la cocina y los que enseñaron a
amarla y respetarla. Actualmente su hermano, Albert Adrià, es hoy el jefe de
repostería del restaurante elBulli, del que Ferrán es uno de los propietarios.
Sin embargo, su acercamiento a los
fogones se produjo de manera casual. A los 17 años lavaba platos en el
restaurante de un hotel de Castelldefels con el único propósito de poder
pagarse un viaje a Ibiza. El jefe de cocina, que se percató de su interés y
quizá de su talento, le dio a leer un libro de Escoffier, el gran cocinero
francés.
Al cabo de un año Ferrán fue a
Ibiza y se había leído de cabo a rabo el libro, fue uno de sus favoritos. Los
conocimientos y técnicas aprendidas por ese libro las empezó a poner en práctica
durante su servicio militar en Cartgena en 1983 y tuvo la suerte de que por
cualquier motivo acabó en elBulli. Era un restaurante situado en la cala
Montjoi de la Costa Brava, entre las localidades de Rosas y Cadaqués, donde
trabajó durante el mes de permiso. Más tarde fue contratado de nuevo a partir
de abril para la temporada de 1984, en octubre ya había sido nombrado jefe de
cocina.
El entonces director de elBulli y
socio de Adrià, Juli Soler Lobo, y el nuevo jefe de cocina se decidieron a
hacer una restauración creativa. En pocos años elBulli fue premiado con la
tercera estrella de la guía Michelín.
Ferrán Adrià seguiría cocinando e
investigando durante 20 años más, esto terminaría revolucionando la cocina
española y situando a la nouvelle cuisine
francesa y la “nueva cocina” española en dos dimensiones completamente
distintas. Comenzó "deconstruyendo" platos para que pudiéramos apreciar
la gastronomía con los cinco sentidos. Luego sus experimentos culinarios fueron
aún más osados: trató de irrumpir con sus técnicas en el mismo corazón del
hogar y, lo que todavía resulta más atrevido, cambiar el concepto de fast-food
(comida rápida) por el de good-food (comida rica).
En 2000 se abrió en Barcelona
elBulli Taller, era un local cuya única función era la experimentación y
creación de nuevas recetas, gracias a esto surgieron infinidades de nuevos
platos.
A los numerosos premios recibidos
en Francia y en España, el cocinero sumó en 2003 la Silver Spoon (Cuchara de
Plata), que en gastronomía está considerado el galardón más prestigioso del
mundo. Su fama internacional en los últimos años no sólo lo ha llevado a ser
considerado el mejor cocinero del planeta, sino que, además, la revista Times
lo ha incluido en su lista de las cien personas más influyentes del mundo.
Aun así él no ha dejado de ser el
cocinero que era antes, incluso ahora mismo trabaja más; 14 horas durante 330
días del año. Sin embargo elBulli solo tiene capacidad para 50 comensales, abre
160 días al año y recibe una media de 8.000 comensales por temporada rondando
los 3 millones de peticiones de reservas.
Adrià da la sensación de vivir
atrapado por la necesidad de afrontar continuos desafíos, movido por esa pizca
de insatisfacción que suele caracterizar a los grandes genios. Su trabajo ha
llegado hasta cierto punto de innovación que algunas personas le consideren un
científico.
Dentro de cada campo existe un
genio, su máximo influyente o “autoridad”. En el mundo de la cocina apareció
Ferrán Adrià una persona que nos ha dejado y nos dejará con muchas nuevas
creaciones, libros e ideas para que las futuras generaciones puedan continuar o
seguir su camino. Porque la cocina también es un arte y no solo el simple de
hecho de alimentarnos.
La evolución de la cocina según Ferrán Adrià
Ferrán va a contar su historia
acerca de la evolución de la cocina, empezando con "la fábula del omelette
y la minifalda".
Él va a hablar sobre los
restaurantes de categoría y nivel. Estos restaurantes solo hacen comida para
los ricos y gente de alta clase social. Pero la imagen poco a poco está
cambiando, porque gracias a esto se crea todo un movimiento ilusión-pasión que
mueve todos los estratos del medio entre los extremos siendo influenciados por
esta cocina.
¿Y qué es cocinar al nivel más
alto? Si hablamos de cocina no creativa, sería reproducir. Tomar un libro, y
hacer sus recetas copiando. Eso es cocinar.
Cuando hablamos de cocina clásica,
aunque sea alta cocina, estas recetas han venido de algún sitio. Hace 3
millones de años que usamos el fuego. Y durante años, la humanidad ha hecho
cosas, algunas han quedado. Por lógica, quizás el primer plato creado fue una
costilla de dinosaurio a las brasas.
Ahora hemos evolucionado a una
costilla de vaca a la parrilla. Hay muchas recetas que se han realizado y se
han olvidado. Si cogemos libros de los años 1300-1400, la mayoría de las
recetas de esa época ya no se hacen. Sin embargo, el huevo frito continúa. Hay
un cuadro de Velázquez que especialmente impacto al cocinero, que se ve una
mujer friendo un huevo hace cientos de años. Los cocineros profesionales pueden
evolucionar éstas recetas. Y la pregunta sería si lo que están haciendo es una
evolución o una creación. Porque el próximo paso de creatividad sería la
combinación de productos. Por ejemplo los spaguettis pomodoro, algo que no
existía porque el tomate no existía en Europa; ya que el descubrimiento de
América todavía no se había hecho.
Un día a una persona se le ocurrió
hacer un omelette. Puso dos huevos en la sartén y listo. Como no tenemos
fechas, es muy difícil hablar de la historia de la cocina con una gran
exactitud. Gracias a ese primer omelette se hicieron cientos de recetas
diferentes. Después a alguien se le ocurrió hacer un omelette alargado y
añadiendole diferentes ingredientes.
Por ejemplo; si leyésemos el libro
de Julia Child con cientos de recetas y quitamos el concepto de omelette, el
concepto de ensalada, el concepto de sopa, el concepto de hojaldre, la mayoría
de las recetas desaparecerían.
El hojaldre parece que se creó hace
500 años. A alguien se le ocurrió hacer una tarta de hojaldre, ponerle crema y frutas.
En el amazonas hay 400 frutas que no sé cultivan. Entonces, cada uno de
nosotros podría hacer su versión de la tarde de hojaldre con crema y la fruta
X.
Pero si no fuera por el primer
hojaldre, no se podría hacer. Para hacer esto, en cocina, hace falta toda esta
historia. Entonces lo importante es ser el primero en crearlo. El máximo nivel
de creatividad en cocina es crear el primer omelette.
Mary Quant en el año 1960 creó las
minifaldas. ¿No han visto películas de griegos y romanos? Todos los soldados
andan en minifalda, ella lo que hizo fue conceptualizar la minifalda. No es lo
mismo una minifalda en un romano, que en una mujer bella.
A veces, no se trata de ser el
primero, sino de conceptualizarlo.
Luego se mostraron diferentes
conceptos de omelettes de elBulli. Por ejemplo, cómo realizaron el globo de
leche de coco con nitrógeno líquido, no fueron los primeros, porque todos
conocían el nitrógeno líquido, y gracias al nitrógeno el contenido del globo se
va a congelar muy rápido. El concepto no es el globo del omelette, sino la
utilización del nitrógeno líquido.
Adriá lo conceptualizó y realizó
más de 300 recetas usando nitrógeno líquido. Otro ejemplo fue crear un
spaguetti donde el queso fuera la pasta. Realizaron un queso líquido, lo
pasaron por una jeringa con un delgado tubo de dos metros, y lo llamaron
spaguetti de dos metros.
Lo que nos quiere transmitir Ferrán
Adrià es que cuantos más conceptos como estos realices, más creaciones vas a
poder realizar. No se trata solo de crear un plato nuevo uno por uno, si no de coger un utensilio o nueva herramienta
para realizar tú cocina y explotarlo al máximo. Lo que hace el cocinero es usar
una fábula para conseguir expresar lo importante a la hora de la creación, a
veces la innovación no está en el plato en sí, si no en un ingrediente, modo de
presentación o utensilio que nunca nadie antes había utilizado en él.
Sobre su carrera
El momento más influyente para
Ferrán en su carrera fue en Cannes en 1987, en donde alguien le preguntó a
Jacques Maximin en qué consistía la creatividad, a lo que él respondió; crear
no es copiar. “Nos obligó a cambiar de actitud, fue el punto de transición
entre la recreación y la creatividad. Regresamos a elBulli convencidos de que teníamos
que cerrar los libros de cocina y buscar nuestra propia identidad”, nos cuenta
el cocinero en una de sus conferencias.
“Nos movía la ilusión por hacer
cosas diferentes. Transformábamos recetas y las hacíamos evolucionar, Ferrán
nos obliga a cuestionarnos todo, a descubrir el porqué de las cosas.
Colaborábamos siempre en equipo”. Esto fue lo que respondió Carles Abellán
cuando le preguntaron qué aprendió en su estancia en elBulli mientras trabajaba
con Adrià.
A principios de 1994 Adrià empieza
a aplicar un método de trabajo técnico-conceptual donde las técnicas y
conceptos que surgieron de sus reflexiones y experimentos se convirtieron en la
base de nuevas recetas. Como ya se sabe, una técnica nueva da pie a decenas de
nuevas recetas, así surgirían sus famosas espumas, nuevos tipos de pasta
caramelizaciones y helados.
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