SABORES

Sabor según el tipo de cocina

Cuando se cocina con carbón la comida suele tener un mejor sabor, ya que el sabor ahumado es mucho más intenso que si se usara una parrilla de gas, esto es porque cuando los jugos de la comida caen sobre el carbón, éste se evapora y se impregna en la comida. Muchos consumidores no notan la diferencia de sabor entre cocinar con cocina de gas y con cocina de carbón, de hecho, han hecho estudios en donde dan a probar hamburguesas o carnes que se hicieron en asadores de gas y otras cocinadas  a carbón, y casi la mayoría de las personas no supieron detectar cuáles eran las hamburguesas que se hicieron a carbón y cuáles eran las que se hicieron en una parrilla de gas.

En cuanto a comodidad, la cocina de gas saldría ganando, la cocina de carbón necesita unos 15-30min para conseguir estar a la temperatura necesaria para cocinar. Y en cuanto a comodidad también sería mejor una cocina de gas.

Lo que hemos conseguido con los avances en los tipos de cocina es mejorar la comodidad y utilización de dicho instrumento, sin embargo, en cuanto al sabor se sigue prefiriendo la cocina de carbón.

He preguntado a amateurs del mundo de la cocina y todos coinciden en lo mismo: el fuego les da un mejor sabor a la comida por encima de las demás cocinas. La cocina solar normalmente suele ser para llevársela de acampada, ya que el sabor de la comida no importará tanto a los consumidores si están en una situación un poco apurada. Otro factor que también influye en el sabor es el tiempo. Por ejemplo: Un cocido no tendrá el mismo sabor si se hace tapado y a un fuego alto, sin embargo, que si se hace al descubierto, que el sabor será mejor. Esto también tiene el inconveniente del tiempo y de que se debe de estar muy atento en ir añadiéndole agua cada cierto tiempo porque se evaporará.

Tipos de envases y el sabor de las comidas

Un neurocientífico  especializado en marketing sensorial de la Universidad de Oxford, nos explica que todo influye en el sabor de los alimentos. El año pasado, una empresa británica, conocida por sus productos de confitería, decidió cambiar el formato en el que se vendían sus chocolatinas con leche. A raíz del cambio de formato recibió multitud de quejas de clientes, indicando que el sabor había cambiado y que no era el mismo. Lo que ocurrió es que que al cambiar el formato también cambió la percepción, y de nada sirvió luego que la empresa asegurara que no se había modificado nada en la receta.

El experto en marketing explica que la empresa subestimó el impacto que tendría el cambio de formato en el sabor de su chocolate. A consecuencia de este cambio y según las investigaciones que él realizó, explica que una forma redondeada destaca la dulzura de un producto, un efecto que podría haber utilizado para reducir el contenido de azúcar del chocolate sin que hubiera afectado al sabor, en cambio, formas angulares favorecen la percepción del gusto amargo.

Charles Spence ha realizado varias investigaciones que sugieren que la percepción del sabor se ve influenciada por muchos condicionantes: además de los citados, también influye el tipo de cubierto o plato, la compañía, el precio, el etiquetado, el color del envase… toda una serie de factores que harán que un alimento o producto pueda pasar de un aprobado a un excelente.

Mucha gente ignora esto, hay que ser muy cuidadoso eligiendo el tipo de envase, para ello las empresas deben hacer encuestas de prueba con los consumidores para averiguar qué sabor les gusta más o cuál les parece más atractivo a la vista.

Los cubiertos cambian el sabor de la comida

Hasta hace unos años todo esto solo eran especulaciones, hasta que unos científicos entrevistaron a 100 personas con quienes hicieron varias pruebas con el fin de demostrar que dependiendo del cubierto con el que comas, la comida te parecerá más dulce, más sabrosa o más salada.

Siempre se decía que la mermelada artesanal cambiaba su sabor en un cubierto de metal, este estudio demostró que llevaban razón. Sin embargo, nada de esto tiene una explicación científica, esto se trata de estudios de percepciones.

Por ejemplo, comprobaron que la comida en cucharas más chicas se podía percibir mejor, porque asociamos esto a los postres que van al final y nos dan una mayor sensación de placer y de dulzura.